El objetivo de esta ponencia es doble. Por una parte, responder a la pregunta siguiente: ¿Cómo impulsar la presencia y la relación de las empresas con su entorno social, de forma que éste llegue a ser un referente educativo? Esta pregunta es a consecuencia de las nuevas necesidades educativas derivadas de los procesos de modernización y desarrollo tecnológico. Procesos que han supuesto una ampliación de lo que tradicionalmente se ha entendido como espacio educativo. En este nuevo espacio uno de los agentes educativos es la empresa. Por tanto, la empresa ha de implicar-se en acciones orientadas a impulsar y convertir las ciudades y territorios donde están localizadas en entornos educativos a efectos de mejorar su capital humano y social y por extensión su desarrollo económico.

Por otra, vinculado a la pregunta anterior, desde el año 2000 en la Cumbre de Lisboa ha entrado en la agenda política como tema prioritario la Calidad de Vida en el Trabajo. Un tema estrechamente vinculado al ambicioso objetivo de convertir a la Unión Europea en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer de manera sostenible con más y mejor empleo y con mayor cohesión social. Desde este propósito, el vínculo que establece el título de la cuarta sesión de trabajo entre educación y responsabilidad social adquiere el siguiente sentido: todos los agentes económicos y sociales se han de comprometer en la mejora de la calidad de vida en el trabajo. Esto constituye una dimensión de lo que se denomina en la actualidad responsabilidad social de las empresas.